Introducción
Internet es una
herramienta a la que se le atribuyen innumerables ventajas para la educación,
el comercio el entretenimiento y en última instancia para el desarrollo del
individuo. La participación en grupos virtuales nos permite interaccionar con
gente con nuestros propios intereses donde sea que estén ubicados físicamente.
En unos estudios con estos grupos de discusión entre investigadores y
psicólogos encontraron que este medio permitía a aquellos con personalidades iguales
llegar a un gran auto aceptación que en última instancia conducía a revelar a
sus familiares y amigos su identidad oculta. Esto hace que la pertenencia al
grupo virtual se convierta en una parte importante de su identidad.
Sin embargo al
Internet también se le atribuyen propiedades negativas. En el estudio realizado
por científicos se llegó a la conclusión de que Internet contribuía a reducir
el círculo social y afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad
social y reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles a la
conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al
bienestar psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos
de unión fuertes por otros más débiles. Las amistades creadas en la red parecen
ser más limitadas que las respaldadas por una proximidad física.
Que es Ciberadiccion?
La
adicción a Internet o Ciberadiccion se define como “la pérdida del control
frente al uso racional de Internet”. Para esto se deben evaluar una serie de
parámetros como el nivel de interferencia y de distorsión en la vida personal,
familiar y profesional del individuo. Por ejemplo, si una persona se pasa horas
y horas conectada, desatendiendo obligaciones familiares, personales y
profesionales de forma reiterada, podíamos estar entrando en una situación de
adicción.
Existen dos modelos básicos de
la adicción a Internet:
·
El primer tipo se refiere a sujetos
muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para
recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero
“sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal” (más que el necesario
para lograr sus propósitos).
·
El segundo tipo lo constituirían
aquellos sujetos que frecuentan los Chats, juegos en línea, y listas de correo.
Todos ellos tienen en común la “búsqueda de estimulación social”. Las
necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo
de utilización de la Red.
Reconocer una adicción al
ordenador
Mucho de nuestro
entendimiento de adicciones de ordenador viene de décadas de investigación de
otros tipos de adicciones. Los psicólogos han identificado varios signos para
este fenómeno, y cualquiera de ellos puede ser una bandera roja, y si son
múltiples signos, entonces el problema puede ser serio.
ü Estar
en un ordenador mucho más tiempo del que se había pensado, o no notar el paso
del tiempo mientras se está usando el PC.
ü Hacer
esfuerzos por acortar el tiempo que estamos en frente del nuestro monitor, y fallar repetidamente.
ü Pensar
frecuentemente sobre los ordenadores o Internet cuando no estamos usándolo, y
estar deseando que llegue el momento de utilizar un ordenador.
ü Esconder
a nuestra familia y amigos, el uso exagerado que hacemos de nuestro ordenador.
ü Usar
el ordenador y la navegación por la red como un escape a la depresión y al
estrés.
Faltar
a eventos y oportunidades en nuestro entorno, o fallar en tareas habituales no
relacionadas con los ordenadores por el tiempo que pasamos delante de uno.
Casos de Ciberadiccion
Hay
muy pocos casos extremos en el mundo. Son excepcionales, pero eso no quiere
decir que no existan. Hace unos meses salió a la luz el caso de un adolescente
de 17 años que sufría Ciberadiccion y que confesaba que sin internet no sabía
vivir. Empezó con un juego on-line en el que varios internautas participan al
mismo tiempo pero se aficionó también a las redes sociales, compras por
Internet, etcétera.
Al
principio le bastaba con una partida de una hora pero cada día le apetecía
quedarse un rato más. A raíz de este juego, hizo algunos amigos internautas con
los que se comunicaba por las redes sociales y por Mensajería instantánea. No
hacía los deberes para poder dedicarle más tiempo a las partidas y a actualizar
los perfiles de las seis redes sociales de las que era usuario. Sus notas
comenzaron a bajar. Cuando sus amigos lo llamaban por teléfono, intentaba
colgar enseguida porque había dejado una partida abierta o alguien le hablaba
desde una ventana de Messenger. Estaba en un equipo de fútbol juvenil y uno de
sus compañeros lo recogía los jueves a media tarde en su casa para ir a los
entrenamientos. Cuando éste llegaba, le decía desde el telefonillo que le dolía
la rodilla para evitar ir, así tenía más tiempo para conectarse a Internet. Las
primeras veces no pasó nada pero finalmente tuvieron que echarlo del equipo
porque casi nunca asistía al campo. Sus compañeros también estaban sorprendidos
ya que era muy buen jugador.
Llegó
un momento en que la tarde no tenía horas suficientes para conectarse, o eso le
parecía a él, y empezó a acostarse muy tarde para poder estar más rato
charlando con esos nuevos amigos que sólo conocía vía on-line: charlaban,
intercambiaban fotos, comentaban en sus redes sociales, compartían partidas
on-line, etcétera. Si sus padres le pillaban despierto, les mentía diciendo que
no podía dormir y se había conectado para ver si le entraba sueño.
Empezó
a tener problemas en clase porque se quedaba dormido y cuando estaba despierto,
sentía ansiedad, respondía a sus profesores y profesoras con agresividad, no
hablaba con sus compañeros y compañeras y se conectaba a Internet desde su
móvil a escondidas o en el recreo. Sólo pensaba en volver a casa para iniciar
una sesión de Internet, que es lo único que lo calmaba y le hacía sentir bien.
En
un primer momento, sus amigos se enfadaron con él porque apenas les cogía el
teléfono ni respondía a sus SMS. Pero cuando dejó de quedar con ellos los fines
de semana porque “le dolía la cabeza” para, en realidad, seguir conectado,
empezaron a preocuparse. Ellos también tenían redes sociales pero sólo se
conectaban un rato al día. Se dieron cuenta de que su amigo estaba
continuamente conectado.
Los
profesores y profesoras habían notado su cansancio en clase, la bajada de sus
notas y el cambio a una actitud irritable. Así que decidieron ponerse en contacto
con sus padres para saber si tenía problemas en casa. Éstos también habían
notado un comportamiento extraño. Cada vez que lo llamaban para el almuerzo o
la cena, se molestaba muchísimo y comía muy rápido para volver enseguida a su
cuarto.
Los
padres les hablaron de las noches que lo habían encontrado conectado y
recordaron una anécdota. Una tarde falló la conexión y hasta la noche no pudo
recuperarse. Comenzó a gritarle a todo el mundo y buscó un cibercafé por su
barrio. Hasta que Internet no volvió, no regresó a su casa. No dejó de
mostrarse furioso hasta que pudo conectar Internet en su ordenador.
A
raíz de hablar entre ellos, decidieron observarle más a conciencia para
confirmar si aquel cambio se debía a un uso descontrolado de Internet: carácter
violento, aislamiento respecto a sus amigos y amigas, además de sus compañeros
y compañeras de clase, noches sin dormir, etcétera. Una vez que comprobaron que
era así, que la agresividad se iba cuando se conectaba a Internet, que las
únicas personas con las que se relacionaba eran las que había conocido en la
Red o que no se acostaba al menos hasta las 6 de la mañana porque se quedaba
conectado, se pusieron en contacto con un grupo de psicólogos especialistas en Ciberadiccion.
En
el momento que reconoció su problema, se sintió en cierto modo aliviado y él
mismo pidió ayuda. Mediante una terapia de restricción, el apoyo de su familia,
amistades y compañeros y compañeras de clase, así como el de sus profesores y
profesoras, consiguió recuperarse completamente.
La
adicción a Internet y las redes sociales
Siempre hablamos de
adicciones tan conocidas como la del alcohol, las drogas, el tabaco, pero
existen otras igual de importantes y que tienen serios efectos sobre quienes
las sufren, como el uso descontrolado de Internet y, en especial, de las
redes sociales.
Los psicólogos expertos consideran que la adicción a Internet se da cuando un adulto está más de 3 horas conectado a Internet por hobby, y dos horas en el caso de los adolescentes. Otros síntomas importantes son la privación del sueño, el preferir navegar a otras relaciones sociales y el pensar en la red constantemente. Estos problemas se agravan cuando se entra a formar parte de redes sociales como Facebook o Tuenti porque el poder desinhibirse en ellas y dar una imagen que no siempre corresponde con la realidad favorece la adicción.
¿Quién es el adicto potencial a Internet? Pues los adolescentes o las personas psicológicamente más débiles, porque son más impulsivos, necesitan relaciones nuevas y tienen un grado de autoestima muy bajo. Además, para los jóvenes es aún más fácil, porque han nacido con las nuevas tecnologías y las domina demasiado bien como para no usarlas a todas horas.
Hay que advertir que la adicción a Internet y a las redes sociales puede provocar daños muy serios a nivel psicológico, llegando a reducir el universo de los afectados a la pantalla del ordenador. Además los jóvenes están en pleno proceso de evolución, con lo que si su desarrollo psicológico y sexual se supedita a la esfera virtual su personalidad muy probablemente será totalmente inmadura.
Los psicólogos expertos consideran que la adicción a Internet se da cuando un adulto está más de 3 horas conectado a Internet por hobby, y dos horas en el caso de los adolescentes. Otros síntomas importantes son la privación del sueño, el preferir navegar a otras relaciones sociales y el pensar en la red constantemente. Estos problemas se agravan cuando se entra a formar parte de redes sociales como Facebook o Tuenti porque el poder desinhibirse en ellas y dar una imagen que no siempre corresponde con la realidad favorece la adicción.
¿Quién es el adicto potencial a Internet? Pues los adolescentes o las personas psicológicamente más débiles, porque son más impulsivos, necesitan relaciones nuevas y tienen un grado de autoestima muy bajo. Además, para los jóvenes es aún más fácil, porque han nacido con las nuevas tecnologías y las domina demasiado bien como para no usarlas a todas horas.
Hay que advertir que la adicción a Internet y a las redes sociales puede provocar daños muy serios a nivel psicológico, llegando a reducir el universo de los afectados a la pantalla del ordenador. Además los jóvenes están en pleno proceso de evolución, con lo que si su desarrollo psicológico y sexual se supedita a la esfera virtual su personalidad muy probablemente será totalmente inmadura.
La adicción a Internet
Las
adicciones atribuidas a Internet pueden clasificarse de la siguiente manera:
Sexual.
La compulsión por bajar fotos y
videos de sitios Web pornográficos o redes sociales alusivas al tema. También
relacionarse virtualmente con otras personas, cuyo fin es intercambiar
experiencias sexuales empleando el chat o la Web cam. Relaciones. Es la
compulsión por estar siempre conectado en la red social. Implica ser un
coleccionista de amigos y dedicar mucho tiempo a la decoración del muro o perfil. "En este sentido hemos visto
casos de personas que están más de 18 horas conectadas y al pendiente de su red
social", explicó Caudillo. Compras. Hace alusión a los sitios de juegos o
apuestas y compras. "Este tipo de adicto puede literalmente vaciar su
tarjeta de crédito en sitios tipo iTunes, o bien pasar horas en sitios como
casinos virtuales", manifestó. Adicción a las descargas. Es la
búsqueda compulsiva de información de todo tipo y de productos, principalmente
software libre o shareware e incluso, a decir de Caudillo, tratar de
bajar información confidencial de ciertos sitios Web. "Es el principio del
hacker."
Perfil de los adictos
El perfil de los usuarios adictos a las redes sociales en
México es principalmente de hombres y mujeres jóvenes, con un nivel educativo
de licenciatura, habilidosos en las uso de las Tecnologías de Información, pero
con rasgos de personalidad tímida, retraída y depresiva, por lo que encuentra
en el Internet el medio ideal para liberar su ansiedad. Así, con la red social
ganan mayor confianza dado el relativo anonimato que proporciona el Web.
En Internet todo es posible, se da una fantasía de omnipotencia que deja sin
límites la personalidad del adicto.
Vale la pena decir que la adicción a la red social es
solamente el efecto, porque el origen proviene de una serie de trastornos
psicológicos que se han acumulado a lo largo de la vida. Sin embargo, en el
IIPCS hemos detectado un incremento notable en este tipo de padecimientos,
sobre todo en la población de adolescentes y de adultos de 22 a 30 años de
edad.
Dependencia,
nomofobia, cibercondría y otros males causados por internet
Una serie de efectos
poco deseados puede generar la adicción a internet, las redes sociales y los
dispositivos electrónicos. Como en todo, el exceso es malo. Alguna Patologías
son:
DEPRESIÓN
POR CULPA DE FACEBOOK. Afecta a las personas que
pasan demasiado tiempo en la red social. Un estudio de la Universidad de
Michigan, publicada en la revista científica “Public Library
of Science”(PLOS)
atribuye este síntoma a que la gran mayoría de gente publicar solo buenas
noticias sobre ellos mismos en Facebook, creando la falsa creencia de que todo
el mundo está llevando vidas mucho más felices y exitosos que las tuyas.

ADICCIÓN A INTERNET. Es el uso excesivo de Internet que interfiere con la vida diaria generando dependencia de estar conectado todo el tiempo. El Dr. Kimberly Young, director de Centro para la Adicción a Internet, dijo a TechHive que trata numerosas formas de adicción a Internet como la dependencia a los juegos en línea y la adicción cibersexo. Estas formas de adicción se suelen atribuir a “baja autoestima”, entre otros factores.
DEPENDENCIA
DE JUEGOS EN LÍNEA. Es una necesidad poco saludable
de estar conectado a internet para competir con otros jugadores a través de
internet. El trastorno es tan extendido en Corea del Sur (8% de la población
entre 9-39 años es adicta), que el gobierno promulgó una ley que prohíbe el
acceso a los juegos en línea entre medianoche y las 6 am los menores de 16
años. Mientras que en EE.UU. ha aumentado, el número de grupos de ayuda para
ayudar a recuperarse a las personas con este problema.
LA LLAMADA FANTASMA. Los padecen hasta el 80% de los usuarios de dispositivos móviles quienes creen haber recibido una llamada, cuando en realidad su teléfono nunca sonó ni vibró. Esto se debe a que nuestro cerebro ha empezado a asociar al teléfono móvil cualquier impulso que recibe, especialmente si estamos estresados. Según BBC Mundo, los psicólogos utilizan un concepto llamado Teoría de Detección de Señales para abordar este asunto relacionado con “los juicios perceptivos”.

NOMOFOBIA. Especialistas españoles detectaron el 2011 una nueva fobia que la padece el 53% de usuarios de teléfonos celulares. Se trata de la nomofobia. La palabra viene del inglés ‘no mobile’; es decir, sin móvil o celular. La nomofobia es considerada una patología tecnológica y consiste en el miedo irracional a salir a la calle sin celular, olvidarlo, perderlo, que se descargue la batería o estar en una zona sin cobertura.


EFECTO
GOOGLE. Un estudio de investigadores
estadounidenses de las universidades Columbia, Harvard y Wisconsin indicó que
el acceso ilimitado a la información ha hecho que nuestro cerebro tenga menos
capacidad para retenerla. En algún lugar de nuestra mente se piensa “yo no
tengo que memorizar esto porque puedo encontrarlo en Google más tarde”.
Causas de la
adicción a las redes sociales
Las redes
sociales son estructuras sociales compuestas de grupos de
personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones
como: amistad, parentesco, intereses comunes etc. Existen varios tipos de
redes sociales: Facebook, twitter, YouTube, MySpace entre otros.

Las causas de la adicción, principalmente, tienen origen familiar, a partir de situaciones de crisis donde queda dañada una familia .Esta adicción se puede producir mediante la falta de afecto de sus respectivas familias ya que debido a eso el niño o adolescente necesita buscar una forma donde pueda sentirse libre o donde se sienta bien, y así, recurre a las redes sociales.
Los adictos a las redes sociales experimentan aislamiento, gasto incontrolado, depresión y ansiedad. Algunos indicios que pueden ayudar a detectar si una persona sufre de esto son: el descuido de tareas en caso de los niños, y el descuido de tareas laborales en caso de los adultos.

Una de las causas de
porque son tan populares las redes sociales es que estas permiten a las
personas tímidas relacionarse más fácilmente, ya que
pueden mentir sobre sí mismos y así vencer sus miedos a conocer
gente nueva.
FOMO (Fear of missing out): El nuevo tipo de
adicción a Internet
En
2012 Australia fue el primer país en añadir la adicción a Internet a su Manual
de Psiquiatría. En la Argentina, las consultas sobre esta patología comenzaron
a inicios del milenio, en plena época de cibercafé y Counter Strike, y
crecieron en los últimos cinco años. “Como toda adicción, Internet
puede ser el detonante de otros problemas (depresión, ansiedad, ludopatía). El
uso excesivo puede vincularse con la calma de un malestar. Alivia, pero después
vuelve el malestar y entonces se genera la tolerancia: “necesito aumentar
el uso para lograr el mismo efecto”.
Además
cada edad tiene sus propios riesgos. Los principales inconvenientes de los
chicos son generados por los juegos y el cyberbullying. En la
adolescencia crece la dependencia de las redes sociales. En los adultos, se
suman la pornografía y el casino virtual.
En
los últimos años, dos servicios en auge aportaron su grano de arena. En primer
lugar los Smartphone hacen que el acceso Internet esté
permanentemente disponible. A toda hora y en todo lugar, el mundo está a un
clic de distancia. Uno de los trastornos más recientes es el de
los crackberries, personas que revisan cerca de 400 veces por día sus
mensajes en el celular. El otro factor lo representan las redes sociales, que
posibilitan el intercambio instantáneo de mensajes.
Ese
cocktail produjo un problema nuevo: el miedo a perderse
algo (FOMO en acrónimo inglés), que provoca que se esté chequeando
todo el tiempo las notificaciones de las redes sociales o del Whatsapp.
“Uno ve lo que hace otra persona y siempre nos parece que está bárbaro.
Entonces se genera la necesidad de mostrarse”, explica Jurkowski.
Un
estudio reciente de ComScore concluyó que Argentina es el país que más
horas invierte en las redes sociales: 10 horas mensuales, casi el doble del
promedio global, que es 5,2 h. Su influencia aumenta entre los adultos: el
segmento de los usuarios mayores de 55 años es el de mayor crecimiento en el
uso de las redes sociales (en algunas zonas de América Latina, el aumento es
del 95%).
Más
allá de los números, el índice de dependencia no lo dan las horas frente a
las pantallas. En realidad, la culpa y la impotencia trazan la frontera entre
el uso y la adicción. Según Jurkowski, “la línea se cruza cuando uno es
consciente de los problemas causados por Internet en la familia, en el trabajo
y en la escuela, pero no puede hacer nada para modificar la situación”.
Facebook y las
redes sociales como droga.
Las adicciones a Internet especialmente
a las redes sociales han sido ampliamente documentadas. En el caso
de Facebook el mecanismo adictivo funcionaría de la siguiente manera:
cada vez que recibimos y vemos una notificación nueva recibimos un chute
de dopamina, neurotrasmisor químico asociado con la motivación y la
recompensa. Es la droga de la novedad, que también actúa cuando se consumen
drogas o se mantienen relaciones sexuales. Y las redes sociales podrían
estar provocando el mismo efecto adictivo.
En países como China, Taiwán y Corea del
Sur la adicción a Internet ya está aceptada a nivel de diagnóstico
psicológico. En los EE.UU. se prevé incluirla en la nueva edición del manual de
referencia, llamado la biblia de la psiquiatría: el Diagnostic
and Statistical Manual for Mental Disorders, aunque se advertirá de que el tema
requiere de un mayor estudio. Incluso hay quienes hablan de un desorden
específico relacionado con tener múltiples perfiles en las redes sociales:
el múltiple profile disorder.
Al parecer cuanto más tiempo transcurre uno
online, más se atrofian las partes del cerebro encargadas del habla, memoria,
control motor, emociones. De hecho la capacidad de atención ha disminuido
un 40% en los últimos 10 años. En los países donde la adicción a Internet se
considera ya una patología se han cuantificado un 30% de adictos a las
redes sociales o los videojuegos.
La adicción a Internet se caracteriza en
el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders por los
siguientes síntomas:
v Preocupación por internet y el juego online:
pensar constantemente en lo que se hizo online o se va a hacer después.
v Síntomas de dependencia (síndrome de
abstinencia) cuando no hay Internet.
vAumento del umbral de tolerancia: tener que
invertir más tiempo para conseguir la misma satisfacción.
v Pérdida de otros intereses.
v Intentos fallidos por controlar el uso.
v Uso de internet para escapar de estados de
ánimos tristes, ansiedad o inquietud.
Ejemplo
del peligro que los jóvenes se exponen en las redes sociales (caso 1): Pasar
demasiado tiempo jugando online puede resultar mortal
Un
adolescente taiwanés de 18 años murió el pasado fin de semana en un cibercafé
de ese país tras jugar durante 40 horas seguidas a la versión online del
videojuego Diablo III.
Según
informa la agencia Europa Press, citando fuentes policiales chinas y a la
agencia Australian Press, el joven reservó cerca del mediodía del 13 de julio
pasado una cabina privada en un cibercafé de Tainan, al sur de Taiwán, y jugó
durante casi dos días seguidos, sin ingerir ningún alimento. En la mañana del
15 de julio, un asistente entró en la cabina y lo encontró apoyado sobre la
mesa.
Cuando
el empleado lo despertó, el joven se levantó, dio unos pasos y se desplomó en
el suelo. Fue trasladado a un hospital, donde murió poco después de ser
ingresado.
Aunque
la policía aún investiga las causas de su muerte, todo apunta a que el joven
falleció como consecuencia de una prolongada “posición sedentaria” al
jugar durante 40 sin parar, provocando en su organismo “serios problemas
cardiovasculares”.
Esta
es ya la segunda víctima fatal conocida del juego Diablo III. El primer
caso ocurrió en el mes de mayo pasado cuando un hombre de 32 años murió a causa
de un infarto de miocardio, luego de jugar más de 60 horas seguidas.
El uso de
internet y las redes sociales "no es malo", pero su abuso
"altera e interfiere" en muchas actividades, según el primer
protocolo de tratamiento de la adicción a estas tecnologías, un problema que
afecta especialmente a los adolescentes y que puede llegar a ser una patología.
Mariano Chóliz ha asegurado que estas tecnologías son "una buena herramienta", pero su abuso "altera e interfiere" en muchas actividades "que se dejan de hacer".
"Hay personas que pueden llegar a estar diez horas jugando en internet", ha señalado el experto, quien ha afirmado que esta adicción "puede producir alteraciones en los ritmos de sueño y la alimentación provocar la pérdida de un trabajo por su abuso o problemas familiares y académicos", ha indicado.
No es tan grave, pero existe
Según el psicólogo, la adicción a internet y las redes sociales "no tiene la misma gravedad" que otras adicciones, pero puede llegar a ser una patología "cuando una persona no es capaz de dejarlo, porque necesita más, o cuando interrumpir esta actividad le genera molestias y ansiedad".
"Es como tener un síndrome de abstinencia", ha señalado el profesor de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, quien ha agregado que el afectado "no es capaz de parar aunque quiera y deja de hacer cosas que antes le gustaban".
Mariano Chóliz ha señalado que los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en esta adicción, "ya que son más vulnerables, usan más las tecnologías, a las que sacan todas las funciones, y para ellos es fascinante porque pueden utilizarlas para las relaciones personales".
"Conforme se van desarrollando las tecnologías y aparecen nuevas funciones que son usadas por los adolescentes de manera universal, hay un pequeño porcentaje que puede tener problemas de abuso y dependencia", ha dicho Chóliz, quien ha precisado que es difícil dar una cifra de afectados porque aún se están desarrollando elementos de diagnóstico.
Disminuir el deseo
Respecto al tratamiento que pueden tener estas adicciones, Chóliz ha señalado que una primera fase pasa por la disminución de la necesidad o deseo de utilizar internet y enseñar un uso controlado de la red, algo que puede lograrse después de varias semanas.
"No se pretende que la persona no consuma ni que esté en una urna de cristal, sino que lo haga de forma controlada", ha señalado el psicólogo, quien ha agregado que el control "se debe imponer al principio, para que después adquiera un uso racional".
Mariano Chóliz ha agregado que también es importante que el afectado desarrolle otro tipo de actividades y estrategias "para que tenga la mente y las manos en otra cosas y evitar recaídas".
Para ello, según Chóliz, es "fundamental" el papel de la familia, ya que las técnicas de control externos deben ejercerse principalmente en el ámbito doméstico.
Mariano Chóliz ha asegurado que estas tecnologías son "una buena herramienta", pero su abuso "altera e interfiere" en muchas actividades "que se dejan de hacer".
"Hay personas que pueden llegar a estar diez horas jugando en internet", ha señalado el experto, quien ha afirmado que esta adicción "puede producir alteraciones en los ritmos de sueño y la alimentación provocar la pérdida de un trabajo por su abuso o problemas familiares y académicos", ha indicado.
No es tan grave, pero existe
Según el psicólogo, la adicción a internet y las redes sociales "no tiene la misma gravedad" que otras adicciones, pero puede llegar a ser una patología "cuando una persona no es capaz de dejarlo, porque necesita más, o cuando interrumpir esta actividad le genera molestias y ansiedad".
"Es como tener un síndrome de abstinencia", ha señalado el profesor de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, quien ha agregado que el afectado "no es capaz de parar aunque quiera y deja de hacer cosas que antes le gustaban".
Mariano Chóliz ha señalado que los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en esta adicción, "ya que son más vulnerables, usan más las tecnologías, a las que sacan todas las funciones, y para ellos es fascinante porque pueden utilizarlas para las relaciones personales".
"Conforme se van desarrollando las tecnologías y aparecen nuevas funciones que son usadas por los adolescentes de manera universal, hay un pequeño porcentaje que puede tener problemas de abuso y dependencia", ha dicho Chóliz, quien ha precisado que es difícil dar una cifra de afectados porque aún se están desarrollando elementos de diagnóstico.
Disminuir el deseo
Respecto al tratamiento que pueden tener estas adicciones, Chóliz ha señalado que una primera fase pasa por la disminución de la necesidad o deseo de utilizar internet y enseñar un uso controlado de la red, algo que puede lograrse después de varias semanas.
"No se pretende que la persona no consuma ni que esté en una urna de cristal, sino que lo haga de forma controlada", ha señalado el psicólogo, quien ha agregado que el control "se debe imponer al principio, para que después adquiera un uso racional".
Mariano Chóliz ha agregado que también es importante que el afectado desarrolle otro tipo de actividades y estrategias "para que tenga la mente y las manos en otra cosas y evitar recaídas".
Para ello, según Chóliz, es "fundamental" el papel de la familia, ya que las técnicas de control externos deben ejercerse principalmente en el ámbito doméstico.
Evaluación
de la adicción a internet
El principal obstáculo que encontraremos para
detectar la existencia del problema es la negación. El paciente tiende a negar
o minimizar su dependencia de la red, amparándose muchas veces en su utilidad.
Por ello, no es fácil que el trastorno se haga evidente en una exploración
inicial.
Del mismo modo que en otras adicciones como
el alcohol y drogas o la comida compulsiva, se ha propuesto que existen una
serie de disparadores y señales que son las que lanzan la conducta de
"atracón" o "borrachera" en el adicto a Internet y que
deben ser evaluados:
Aplicaciones: Lo normal es que el adicto use una aplicación
específica que es la que actúa como disparador. En evaluador debe examinar sus
pautas de uso en cada aplicación particular:
Emociones: Los adictos experimentan sensaciones placenteras
cuando están conectados en contraste a como se sienten cuando están
desconectados. Se deben detectar los dos extremos:
Pensamientos: El pensamiento catastrófico provee de un mecanismo
de escape psicológico para evitar los problemas reales o percibidos. Los
adictos tienden más a menudo a anticipar los problemas.
Sucesos vitales: Una persona que no esté satisfecha con algún área
de su vida puede usar el Internet como medio para evitar los problemas u olvidar
el dolor, pero cuando se encuentre fuera de la red se dará cuenta de que nada
ha cambiado. Es necesario evaluar si el adicto está usando Internet como medio
para evitar una situación infeliz como una enfermedad, insatisfacción marital o
laboral, desempleo, etc.
Uno de los primeros síntomas que son notados
se refiere a la gran cantidad de tiempo que se pasa en actividades relacionadas
con Internet. En la evaluación debe determinarse si el incremento del uso de
Internet es algo normal por ser esta una herramienta nueva que causa una
inicial fascinación, o por el contrario se ha convertido en una adicción. En
esto es importante el tiempo que hace que se inició el problema.
Las diversas modalidades en que puede
presentarse la adicción a Internet deben ser también objeto de análisis. Las
diferentes clasificaciones que se han propuesto se basan en dos
características: la aplicación que se utiliza y el tipo de contenidos al que se
accede.
Tratamiento
Dejando a un lado la controversia sobre si
existe un trastorno de adicción a Internet en sí mismo, lo que parece quedar
claro es que existe un incremento en las demandas de ayuda por problemas relacionados
con el uso de la red.
Según los estudios con sujetos de habla
inglesa, principalmente norteamericanos y canadienses, habría cerca de un 6 %
de los usuarios adictos a Internet.
Debido a esta demanda se han desarrollado
programas de tratamiento, sobre todo en los EEUU, que tratan de recuperar al
adictos en forma muy parecida a como ya lo hacen otros programas como
Alcohólicos Anónimos o los Jugadores en Rehabilitación. Una de las primeras
propuestas fue la creación de un grupo de apoyo víoacute;n de un grupo de apoyo
vía Internet, el IASG (Internet Addiction Support Group; Goldberg, 1995). Este
grupo permite que los adictos se apoyen entre sí, se conozcan y empiecen a
reconocer su problema. Sin embargo, también ha sido criticado, ya que en cierta
forma tener un grupo de apoyo en la red es como una reunión de Alcohólicos
Anónimos en un bar (Grohol, 1997).
Se ha elaborado un programa de tratamiento
para adicciones psicológicas que también es aplicable en el caso de Internet.
Este programa consta de los siguientes elementos:
Control de los estímulos vinculados a la
adicción: En una primera fase de la terapia se ha de evitar la conexión,
pero tras un periodo de abstinencia total se ha de tratar de limitar el tiempo
de conexión (al margen de las obligaciones laborales) a no más de 120
minutos/dia, atender el correo 1 vez al día y a una hora concreta, de
conectarse en compañía, sin quitar horas al sueño y de eliminar los
pensamientos referidos a la red cuando no se está conectado.
Exposición prolongada a los elementos
suscitadores del ansia por la conducta adictiva: La evitación de los
estímulos en la mayoría de los casos es insuficiente, pues esta no se puede
mantener indefinidamente, ya que aumenta el riesgo de recaídas. La recuperación
total se consigue cuando se expone a los indicios de riesgo de forma regular y
progresiva y es capaz de resistirse a ellos sin escape.
Solución de problemas específicos: Deben
controlarse varios aspectos relacionados con la abstinencia:
Ø Control del ansia por implicarse de nuevo en
la conducta
Ø Control de la ansiedad
Ø Control de la depresión
Ø Control de los conflictos interpersonales
Creación de un nuevo estilo de vida: Lo esencial es promover un equilibrio
adecuado entre deberes y deseos.
Prevención de recaídas: La mantención de los logros terapéuticos es más
sencillo cuando hay abstinencia total, pero si esto no es posible el objetivo
será enseñar a la persona a usar Internet de forma controlada. Algunas de las
estrategias que podrían usarse son:
o Identificación de situaciones de alto riesgo
o Respuestas de enfrentamiento a situaciones
problema
o Cambio de expectativas sobre las
consecuencias de la implicación en la conducta adictiva
o Revisión del estilo de vida del paciente
Conclusión
Hemos
analizado en este trabajo que las muchas de las investigaciones que se han
realizado hasta el momento sobre la adicción a Internet. Gran cantidad de esos
estudios revela como la adicción a internet y a las redes sociales afecta más a
los adolescentes que los mismos adultos ya que estos son más vulnerables por la
necesidad de compartir con nuevas amistades, sentirse popular, conocidos o
simplemente adolescentes que son aislados de naturaleza de la sociedad.
La
controversia sobre si el término adicción es apropiado es un problema que
inquieta mucho a los investigadores, sin embargo es algo que a las personas que
relatan consecuencias negativas relacionadas con Internet no preocupa tanto.
Parece
ser que Internet no produce adicción, es solo lo que provee a conductas
reforzantes (sexo, juegos, relaciones interpersonales, etc.) de la capacidad de
producir dependencia. Hemos visto que la gente se hace adicta a multitud de cosas
(juego, sexo, compras) algunas de ellas pueden aumentar su capacidad adictiva
usando Internet como medio, sin embargo otras son posible solo en Internet
(chat, búsqueda de información, WWW, etc.). Otra cuestión diferente es que se
puedan separar ambas cosas, ya que en Internet el medio y el mensaje están muy
unidos.
Internet
se introduce poco a poco en nuestra vida, y las previsiones es que su presencia
sea cada día mayor. Por lo que
digo que las personas se vuelves adictas al internet dependiendo de cuanto
consume, como dice el dicho, la vida no es un veneno, el veneno es según la
dosis. Si comes mucho hace daño y si comes poco también, su fumas y bebes mucho
también hace daño, todo depende de cantidad diarias de uso de les a lo que usas
(Internet, comida, cigarros, bebidas alcoholicas).
Es
por tanto necesario que nos anticipemos y aprendamos lo máximo posible sobre
como Internet puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar psicológico,
no solo desde el punto de vista de la adicción, sino también de los cambios
personales y sociales que puede traernos la llegada del mundo virtual.
0 comentarios:
Publicar un comentario