La Adiccion A Internet y A Las Redes Sociales

Introducción


Internet es una herramienta a la que se le atribuyen innumerables ventajas para la educación, el comercio el entretenimiento y en última instancia para el desarrollo del individuo. La participación en grupos virtuales nos permite interaccionar con gente con nuestros propios intereses donde sea que estén ubicados físicamente. En unos estudios con estos grupos de discusión entre investigadores y psicólogos encontraron que este medio permitía a aquellos con personalidades iguales llegar a un gran auto aceptación que en última instancia conducía a revelar a sus familiares y amigos su identidad oculta. Esto hace que la pertenencia al grupo virtual se convierta en una parte importante de su identidad.


Sin embargo al Internet también se le atribuyen propiedades negativas. En el estudio realizado por científicos se llegó a la conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles a la conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles. Las amistades creadas en la red parecen ser más limitadas que las respaldadas por una proximidad física.




Que es Ciberadiccion?


La adicción a Internet o Ciberadiccion se define como “la pérdida del control frente al uso racional de Internet”. Para esto se deben evaluar una serie de parámetros como el nivel de interferencia y de distorsión en la vida personal, familiar y profesional del individuo. Por ejemplo, si una persona se pasa horas y horas conectada, desatendiendo obligaciones familiares, personales y profesionales de forma reiterada, podíamos estar entrando en una situación de adicción.

Existen dos modelos básicos de la adicción a Internet:

·       El primer tipo se refiere a sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero “sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal” (más que el necesario para lograr sus propósitos).
·       El segundo tipo lo constituirían aquellos sujetos que frecuentan los Chats, juegos en línea, y listas de correo. Todos ellos tienen en común la “búsqueda de estimulación social”. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la Red.

Reconocer una adicción al ordenador

Mucho de nuestro entendimiento de adicciones de ordenador viene de décadas de investigación de otros tipos de adicciones. Los psicólogos han identificado varios signos para este fenómeno, y cualquiera de ellos puede ser una bandera roja, y si son múltiples signos, entonces el problema puede ser serio.
 ü  Estar en un ordenador mucho más tiempo del que se había pensado, o no notar el paso del tiempo mientras se está usando el PC.
 ü  Hacer esfuerzos por acortar el tiempo que estamos en frente del nuestro monitor, y fallar repetidamente.
 ü  Pensar frecuentemente sobre los ordenadores o Internet cuando no estamos usándolo, y estar deseando que llegue el momento de utilizar un ordenador.
 ü  Esconder a nuestra familia y amigos, el uso exagerado que hacemos de nuestro ordenador.
 ü  Usar el ordenador y la navegación por la red como un escape a la depresión y al estrés.
 Faltar a eventos y oportunidades en nuestro entorno, o fallar en tareas habituales no relacionadas con los ordenadores por el tiempo que pasamos delante de uno.

Casos de Ciberadiccion

Hay muy pocos casos extremos en el mundo. Son excepcionales, pero eso no quiere decir que no existan. Hace unos meses salió a la luz el caso de un adolescente de 17 años que sufría Ciberadiccion y que confesaba que sin internet no sabía vivir. Empezó con un juego on-line en el que varios internautas participan al mismo tiempo pero se aficionó también a las redes sociales, compras por Internet, etcétera.
Al principio le bastaba con una partida de una hora pero cada día le apetecía quedarse un rato más. A raíz de este juego, hizo algunos amigos internautas con los que se comunicaba por las redes sociales y por Mensajería instantánea. No hacía los deberes para poder dedicarle más tiempo a las partidas y a actualizar los perfiles de las seis redes sociales de las que era usuario. Sus notas comenzaron a bajar. Cuando sus amigos lo llamaban por teléfono, intentaba colgar enseguida porque había dejado una partida abierta o alguien le hablaba desde una ventana de Messenger. Estaba en un equipo de fútbol juvenil y uno de sus compañeros lo recogía los jueves a media tarde en su casa para ir a los entrenamientos. Cuando éste llegaba, le decía desde el telefonillo que le dolía la rodilla para evitar ir, así tenía más tiempo para conectarse a Internet. Las primeras veces no pasó nada pero finalmente tuvieron que echarlo del equipo porque casi nunca asistía al campo. Sus compañeros también estaban sorprendidos ya que era muy buen jugador.
 Llegó un momento en que la tarde no tenía horas suficientes para conectarse, o eso le parecía a él, y empezó a acostarse muy tarde para poder estar más rato charlando con esos nuevos amigos que sólo conocía vía on-line: charlaban, intercambiaban fotos, comentaban en sus redes sociales, compartían partidas on-line, etcétera. Si sus padres le pillaban despierto, les mentía diciendo que no podía dormir y se había conectado para ver si le entraba sueño.
Empezó a tener problemas en clase porque se quedaba dormido y cuando estaba despierto, sentía ansiedad, respondía a sus profesores y profesoras con agresividad, no hablaba con sus compañeros y compañeras y se conectaba a Internet desde su móvil a escondidas o en el recreo. Sólo pensaba en volver a casa para iniciar una sesión de Internet, que es lo único que lo calmaba y le hacía sentir bien.
En un primer momento, sus amigos se enfadaron con él porque apenas les cogía el teléfono ni respondía a sus SMS. Pero cuando dejó de quedar con ellos los fines de semana porque “le dolía la cabeza” para, en realidad, seguir conectado, empezaron a preocuparse. Ellos también tenían redes sociales pero sólo se conectaban un rato al día. Se dieron cuenta de que su amigo estaba continuamente conectado.
Los profesores y profesoras habían notado su cansancio en clase, la bajada de sus notas y el cambio a una actitud irritable. Así que decidieron ponerse en contacto con sus padres para saber si tenía problemas en casa. Éstos también habían notado un comportamiento extraño. Cada vez que lo llamaban para el almuerzo o la cena, se molestaba muchísimo y comía muy rápido para volver enseguida a su cuarto.
Los padres les hablaron de las noches que lo habían encontrado conectado y recordaron una anécdota. Una tarde falló la conexión y hasta la noche no pudo recuperarse. Comenzó a gritarle a todo el mundo y buscó un cibercafé por su barrio. Hasta que Internet no volvió, no regresó a su casa. No dejó de mostrarse furioso hasta que pudo conectar Internet en su ordenador.
A raíz de hablar entre ellos, decidieron observarle más a conciencia para confirmar si aquel cambio se debía a un uso descontrolado de Internet: carácter violento, aislamiento respecto a sus amigos y amigas, además de sus compañeros y compañeras de clase, noches sin dormir, etcétera. Una vez que comprobaron que era así, que la agresividad se iba cuando se conectaba a Internet, que las únicas personas con las que se relacionaba eran las que había conocido en la Red o que no se acostaba al menos hasta las 6 de la mañana porque se quedaba conectado, se pusieron en contacto con un grupo de psicólogos especialistas en Ciberadiccion.
 En el momento que reconoció su problema, se sintió en cierto modo aliviado y él mismo pidió ayuda. Mediante una terapia de restricción, el apoyo de su familia, amistades y compañeros y compañeras de clase, así como el de sus profesores y profesoras, consiguió recuperarse completamente.



La adicción a Internet y las redes sociales
Siempre hablamos de adicciones tan conocidas como la del alcohol, las drogas, el tabaco, pero existen otras igual de importantes y que tienen serios efectos sobre quienes las sufren, como el uso descontrolado de Internet y, en especial, de las redes sociales.
Los psicólogos expertos consideran que la adicción a Internet se da cuando un adulto está más de 3 horas conectado a Internet por hobby, y dos horas en el caso de los adolescentes. Otros síntomas importantes son la privación del sueño, el preferir navegar a otras relaciones sociales y el pensar en la red constantemente. Estos problemas se agravan cuando se entra a formar parte de redes sociales como Facebook o Tuenti porque el poder desinhibirse en ellas y dar una imagen que no siempre corresponde con la realidad favorece la adicción.

¿Quién es el adicto potencial a Internet? Pues los adolescentes o las personas psicológicamente más débiles, porque son más impulsivos, necesitan relaciones nuevas y tienen un grado de autoestima muy bajo. Además, para los jóvenes es aún más fácil, porque han nacido con las nuevas tecnologías y las domina demasiado bien como para no usarlas a todas horas.
Hay que advertir que la adicción a Internet y a las redes sociales puede provocar daños muy serios a nivel psicológico, llegando a reducir el universo de los afectados a la pantalla del ordenador. Además los jóvenes están en pleno proceso de evolución, con lo que si su desarrollo psicológico y sexual se supedita a la esfera virtual su personalidad muy probablemente será totalmente inmadura.

La adicción a Internet 

La adicción a Internet, y a todas las herramientas de comunicación que ofrece, puede tener una semejanza a otro tipo de adicciones, como La ludopatía (adicción al juego), al trabajo (workaholic) o al alcoholismo: Hablamos de un uso patológico, que presenta síntomas muy claros: una ansiedad compulsiva por estar siempre conectado a la red social, sea vía Internet o mediante el uso de dispositivos inalámbricos.
Los síntomas más frecuentes son en primer término, la pérdida de relaciones interpersonales, tanto laborales, amistosas como amorosas, cambios de humor,  empleo compulsivo del medio, privación del sueño (el ciber adicto prefiere no dormir con tal de estar conectado), en incluso problemas físicos derivados por problemas de la espalda o la vista cansada.  En otras palabras, cuando el uso compulsivo de las redes usadas interfiere de manera directa con nuestras relaciones persona a persona se vuelve patológico." Se cambian las personas por las computadoras, rompiendo la expresión vínculos y afectos emocionales.

Las adicciones atribuidas a Internet pueden clasificarse de la siguiente manera:


Sexual.

La compulsión por bajar fotos y videos de sitios Web pornográficos o redes sociales alusivas al tema. También relacionarse virtualmente con otras personas, cuyo fin es intercambiar experiencias sexuales empleando el chat o la Web cam. Relaciones. Es la compulsión por estar siempre conectado en la red social. Implica ser un coleccionista de amigos y dedicar mucho tiempo a la decoración del muro o perfil. "En este sentido hemos visto casos de personas que están más de 18 horas conectadas y al pendiente de su red social", explicó Caudillo. Compras. Hace alusión a los sitios de juegos o apuestas y compras. "Este tipo de adicto puede literalmente vaciar su tarjeta de crédito en sitios tipo iTunes, o bien pasar horas en sitios como casinos virtuales", manifestó. Adicción a las descargas. Es la búsqueda compulsiva de información de todo tipo y de productos, principalmente software libre o shareware e incluso, a decir de Caudillo, tratar de bajar información confidencial de ciertos sitios Web. "Es el principio del hacker."

Perfil de los adictos

El perfil de los usuarios adictos a las redes sociales en México es principalmente de hombres y mujeres jóvenes, con un nivel educativo de licenciatura, habilidosos en las uso de las Tecnologías de Información, pero con rasgos de personalidad tímida, retraída y depresiva, por lo que encuentra en el Internet el medio ideal para liberar su ansiedad. Así, con la red social ganan mayor confianza dado el relativo anonimato que proporciona el Web.  En Internet todo es posible, se da una fantasía de omnipotencia que deja sin límites la personalidad del adicto.
Vale la pena decir que la adicción a la red social es solamente el efecto, porque el origen proviene de una serie de trastornos psicológicos que se han acumulado a lo largo de la vida. Sin embargo, en el IIPCS hemos detectado un incremento notable en este tipo de padecimientos, sobre todo en la población de adolescentes y de adultos de 22 a 30 años de edad. 




Dependencia, nomofobia, cibercondría y otros males causados por internet


Una serie de efectos poco deseados puede generar la adicción a internet, las redes sociales y los dispositivos electrónicos. Como en todo, el exceso es malo. Alguna Patologías son:

DEPRESIÓN POR CULPA DE FACEBOOK.  Afecta a las personas que pasan demasiado tiempo en la red social. Un estudio de la Universidad de Michigan, publicada en la revista científica “Public Library of Science”(PLOS) atribuye este síntoma a que la gran mayoría de gente publicar solo buenas noticias sobre ellos mismos en Facebook, creando la falsa creencia de que todo el mundo está llevando vidas mucho más felices y exitosos que las tuyas.



ADICCIÓN A INTERNET. Es el uso excesivo de Internet que interfiere con la vida diaria generando dependencia de estar conectado todo el tiempo. El Dr. Kimberly Young, director de Centro para la Adicción a Internet, dijo a TechHive que trata numerosas formas de adicción a Internet como la dependencia a los juegos en línea y la adicción cibersexo. Estas formas de adicción se suelen atribuir a “baja autoestima”, entre otros factores.
DEPENDENCIA DE JUEGOS EN LÍNEA. Es una necesidad poco saludable de estar conectado a internet para competir con otros jugadores a través de internet. El trastorno es tan extendido en Corea del Sur (8% de la población entre 9-39 años es adicta), que el gobierno promulgó una ley que prohíbe el acceso a los juegos en línea entre medianoche y las 6 am los menores de 16 años. Mientras que en EE.UU. ha aumentado, el número de grupos de ayuda para ayudar a recuperarse a las personas con este problema.


LA LLAMADA FANTASMA. Los padecen hasta el 80% de los usuarios de dispositivos móviles quienes creen haber recibido una llamada, cuando en realidad su teléfono nunca sonó ni vibró. Esto se debe a que nuestro cerebro ha empezado a asociar al teléfono móvil cualquier impulso que recibe, especialmente si estamos estresados. Según BBC Mundo, los psicólogos utilizan un concepto llamado Teoría de Detección de Señales para abordar este asunto relacionado con “los juicios perceptivos”.




NOMOFOBIA. Especialistas españoles detectaron el 2011 una nueva fobia que la padece el 53% de usuarios de teléfonos celulares. Se trata de la nomofobia. La palabra viene del inglés ‘no mobile’; es decir, sin móvil o celular. La nomofobia es considerada una patología tecnológica y consiste en el miedo irracional a salir a la calle sin celular, olvidarlo, perderlo, que se descargue la batería o estar en una zona sin cobertura.

CIBERMAREO. Es la desorientación y mareo que algunas personas sienten al interactuar con ciertos entornos digitales o realidades virtuales. Son parecidos al malestar que sienten algunas personas cuando viajan en un medio de transporte, solo que en este caso están inmóviles.



CIBERCONDRIA. Se les atribuye este diagnóstico a personas convencidas de que padecen alguna o varias enfermedades tras haber leído al respecto en Internet. Por ejemplo, una persona que sufre de dolor de cabeza puede buscar la causa de este mal en internet y encontrar que una razón podría ser un tumor cerebral y automáticamente cree que podría morir muy pronto.




EFECTO GOOGLE. Un estudio de investigadores estadounidenses de las universidades Columbia, Harvard y Wisconsin indicó que el acceso ilimitado a la información ha hecho que nuestro cerebro tenga menos capacidad para retenerla. En algún lugar de nuestra mente se piensa “yo no tengo que memorizar esto porque puedo encontrarlo en Google más tarde”.

Causas de la adicción a las redes sociales

Las redes sociales son estructuras sociales compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones como: amistad, parentesco, intereses comunes etc. Existen varios tipos de redes sociales: Facebook, twitter, YouTube, MySpace entre otros.


Las causas de la adicción, principalmente, tienen origen familiar, a partir de situaciones de crisis donde queda dañada una familia .Esta adicción se puede producir mediante la falta de afecto de sus respectivas familias ya que debido a eso el niño o adolescente necesita buscar una forma donde pueda sentirse libre o donde se sienta bien, y así, recurre a las redes sociales.

Los adictos a las redes sociales experimentan aislamiento, gasto incontrolado, depresión y ansiedad. Algunos indicios que pueden ayudar a detectar si una persona sufre de esto son: el descuido de tareas en caso de los niños, y el descuido de tareas laborales en caso de los adultos.




Una de las causas de porque son tan populares las  redes sociales es que estas permiten a las personas tímidas relacionarse más fácilmente, ya que pueden mentir sobre sí mismos y así vencer sus miedos a conocer gente nueva.




FOMO (Fear of missing out): El nuevo tipo de adicción a Internet


En 2012 Australia fue el primer país en añadir la adicción a Internet a su Manual de Psiquiatría. En la Argentina, las consultas sobre esta patología comenzaron a inicios del milenio, en plena época de cibercafé y Counter Strike, y crecieron en los últimos cinco años. “Como toda adicción, Internet puede ser el detonante de otros problemas (depresión, ansiedad, ludopatía). El uso excesivo puede vincularse con la calma de un malestar. Alivia, pero después vuelve el malestar y entonces se genera la tolerancia: “necesito aumentar el uso para lograr el mismo efecto”.
Además cada edad tiene sus propios riesgos. Los principales inconvenientes de los chicos son generados por los juegos y el cyberbullying. En la adolescencia crece la dependencia de las redes sociales. En los adultos, se suman la pornografía y el casino virtual.
En los últimos años, dos servicios en auge aportaron su grano de arena. En primer lugar los Smartphone hacen que el acceso Internet esté permanentemente disponible. A toda hora y en todo lugar, el mundo está a un clic de distancia. Uno de los trastornos más recientes es el de los crackberries, personas que revisan cerca de 400 veces por día sus mensajes en el celular. El otro factor lo representan las redes sociales, que posibilitan el intercambio instantáneo de mensajes.
Ese cocktail produjo un problema nuevo: el miedo a perderse algo (FOMO en acrónimo inglés), que provoca que se esté chequeando todo el tiempo las notificaciones de las redes sociales o del Whatsapp. “Uno ve lo que hace otra persona y siempre nos parece que está bárbaro. Entonces se genera la necesidad de mostrarse”, explica Jurkowski.
Un estudio reciente de ComScore concluyó que Argentina es el país que más horas invierte en las redes sociales: 10 horas mensuales, casi el doble del promedio global, que es 5,2 h. Su influencia aumenta entre los adultos: el segmento de los usuarios mayores de 55 años es el de mayor crecimiento en el uso de las redes sociales (en algunas zonas de América Latina, el aumento es del 95%).
Más allá de los números, el índice de dependencia no lo dan las horas frente a las pantallas. En realidad, la culpa y la impotencia trazan la frontera entre el uso y la adicción. Según Jurkowski, “la línea se cruza cuando uno es consciente de los problemas causados por Internet en la familia, en el trabajo y en la escuela, pero no puede hacer nada para modificar la situación”.




Facebook y las redes sociales como droga.


Las adicciones a Internet  especialmente a las redes sociales han sido ampliamente documentadas. En el caso de Facebook el mecanismo adictivo funcionaría de la siguiente manera: cada vez que recibimos y vemos una notificación nueva recibimos un chute de dopamina, neurotrasmisor químico asociado con la motivación y la recompensa. Es la droga de la novedad, que también actúa cuando se consumen drogas o se mantienen relaciones sexuales. Y las redes sociales podrían estar provocando el mismo efecto adictivo.
En países como China, Taiwán y Corea del Sur la adicción a Internet ya está aceptada a nivel de diagnóstico psicológico. En los EE.UU. se prevé incluirla en la nueva edición del manual de referencia, llamado la biblia de la psiquiatría: el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders, aunque se advertirá de que el tema requiere de un mayor estudio. Incluso hay quienes hablan de un desorden específico relacionado con tener múltiples perfiles en las redes sociales: el múltiple profile disorder.
Al parecer cuanto más tiempo transcurre uno online, más se atrofian las partes del cerebro encargadas del habla, memoria, control motor, emociones. De hecho la capacidad de atención ha disminuido un 40% en los últimos 10 años. En los países donde la adicción a Internet se considera ya una patología se han cuantificado un 30% de adictos a las redes sociales o los videojuegos.
La adicción a Internet se caracteriza en el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders por los siguientes síntomas:
 v Preocupación por internet y el juego online: pensar constantemente en lo que se hizo online o se va a hacer después.
 v Síntomas de dependencia (síndrome de abstinencia) cuando no hay Internet.
 vAumento del umbral de tolerancia: tener que invertir más tiempo para conseguir la misma satisfacción.
 v Pérdida de otros intereses.
 v Intentos fallidos por controlar el uso.
 v Uso de internet para escapar de estados de ánimos tristes, ansiedad o inquietud.





Ejemplo del peligro que los jóvenes se exponen en las redes sociales (caso 1): Pasar demasiado tiempo jugando online puede resultar mortal


Un adolescente taiwanés de 18 años murió el pasado fin de semana en un cibercafé de ese país tras jugar durante 40 horas seguidas a la versión online del videojuego Diablo III.
Según informa la agencia Europa Press, citando fuentes policiales chinas y a la agencia Australian Press, el joven reservó cerca del mediodía del 13 de julio pasado una cabina privada en un cibercafé de Tainan, al sur de Taiwán, y jugó durante casi dos días seguidos, sin ingerir ningún alimento. En la mañana del 15 de julio, un asistente entró en la cabina y lo encontró apoyado sobre la mesa.
Cuando el empleado lo despertó, el joven se levantó, dio unos pasos y se desplomó en el suelo. Fue trasladado a un hospital, donde murió poco después de ser ingresado.
Aunque la policía aún investiga las causas de su muerte, todo apunta a que el joven falleció como consecuencia de una prolongada “posición sedentaria” al jugar durante 40 sin parar, provocando en su organismo “serios problemas cardiovasculares”.
Esta es ya la segunda víctima fatal conocida del juego Diablo III. El primer caso ocurrió en el mes de mayo pasado cuando un hombre de 32 años murió a causa de un infarto de miocardio, luego de jugar más de 60 horas seguidas.
El uso de internet y las redes sociales "no es malo", pero su abuso "altera e interfiere" en muchas actividades, según el primer protocolo de tratamiento de la adicción a estas tecnologías, un problema que afecta especialmente a los adolescentes y que puede llegar a ser una patología.

Mariano Chóliz ha asegurado que estas tecnologías son "una buena herramienta", pero su abuso "altera e interfiere" en muchas actividades "que se dejan de hacer".

"Hay personas que pueden llegar a estar diez horas jugando en internet", ha señalado el experto, quien ha afirmado que esta adicción "puede producir alteraciones en los ritmos de sueño y la alimentación provocar la pérdida de un trabajo por su abuso o problemas familiares y académicos", ha indicado.

No es tan grave, pero existe

Según el psicólogo, la adicción a internet y las redes sociales "no tiene la misma gravedad" que otras adicciones, pero puede llegar a ser una patología "cuando una persona no es capaz de dejarlo, porque necesita más, o cuando interrumpir esta actividad le genera molestias y ansiedad".

"Es como tener un síndrome de abstinencia", ha señalado el profesor de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, quien ha agregado que el afectado "no es capaz de parar aunque quiera y deja de hacer cosas que antes le gustaban".

Mariano Chóliz ha señalado que los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en esta adicción, "ya que son más vulnerables, usan más las tecnologías, a las que sacan todas las funciones, y para ellos es fascinante porque pueden utilizarlas para las relaciones personales".

"Conforme se van desarrollando las tecnologías y aparecen nuevas funciones que son usadas por los adolescentes de manera universal, hay un pequeño porcentaje que puede tener problemas de abuso y dependencia", ha dicho Chóliz, quien ha precisado que es difícil dar una cifra de afectados porque aún se están desarrollando elementos de diagnóstico.

Disminuir el deseo

Respecto al tratamiento que pueden tener estas adicciones, Chóliz ha señalado que una primera fase pasa por la disminución de la necesidad o deseo de utilizar internet y enseñar un uso controlado de la red, algo que puede lograrse después de varias semanas.

"No se pretende que la persona no consuma ni que esté en una urna de cristal, sino que lo haga de forma controlada", ha señalado el psicólogo, quien ha agregado que el control "se debe imponer al principio, para que después adquiera un uso racional".

Mariano Chóliz ha agregado que también es importante que el afectado desarrolle otro tipo de actividades y estrategias "para que tenga la mente y las manos en otra cosas y evitar recaídas".

Para ello, según Chóliz, es "fundamental" el papel de la familia, ya que las técnicas de control externos deben ejercerse principalmente en el ámbito doméstico.



Evaluación de la adicción a internet


El principal obstáculo que encontraremos para detectar la existencia del problema es la negación. El paciente tiende a negar o minimizar su dependencia de la red, amparándose muchas veces en su utilidad. Por ello, no es fácil que el trastorno se haga evidente en una exploración inicial.
Del mismo modo que en otras adicciones como el alcohol y drogas o la comida compulsiva, se ha propuesto que existen una serie de disparadores y señales que son las que lanzan la conducta de "atracón" o "borrachera" en el adicto a Internet y que deben ser evaluados:
Aplicaciones: Lo normal es que el adicto use una aplicación específica que es la que actúa como disparador. En evaluador debe examinar sus pautas de uso en cada aplicación particular:
Emociones: Los adictos experimentan sensaciones placenteras cuando están conectados en contraste a como se sienten cuando están desconectados. Se deben detectar los dos extremos:
Pensamientos: El pensamiento catastrófico provee de un mecanismo de escape psicológico para evitar los problemas reales o percibidos. Los adictos tienden más a menudo a anticipar los problemas.
Sucesos vitales: Una persona que no esté satisfecha con algún área de su vida puede usar el Internet como medio para evitar los problemas u olvidar el dolor, pero cuando se encuentre fuera de la red se dará cuenta de que nada ha cambiado. Es necesario evaluar si el adicto está usando Internet como medio para evitar una situación infeliz como una enfermedad, insatisfacción marital o laboral, desempleo, etc.
Uno de los primeros síntomas que son notados se refiere a la gran cantidad de tiempo que se pasa en actividades relacionadas con Internet. En la evaluación debe determinarse si el incremento del uso de Internet es algo normal por ser esta una herramienta nueva que causa una inicial fascinación, o por el contrario se ha convertido en una adicción. En esto es importante el tiempo que hace que se inició el problema.
Las diversas modalidades en que puede presentarse la adicción a Internet deben ser también objeto de análisis. Las diferentes clasificaciones que se han propuesto se basan en dos características: la aplicación que se utiliza y el tipo de contenidos al que se accede.

Tratamiento

Dejando a un lado la controversia sobre si existe un trastorno de adicción a Internet en sí mismo, lo que parece quedar claro es que existe un incremento en las demandas de ayuda por problemas relacionados con el uso de la red.
Según los estudios con sujetos de habla inglesa, principalmente norteamericanos y canadienses, habría cerca de un 6 % de los usuarios adictos a Internet.
Debido a esta demanda se han desarrollado programas de tratamiento, sobre todo en los EEUU, que tratan de recuperar al adictos en forma muy parecida a como ya lo hacen otros programas como Alcohólicos Anónimos o los Jugadores en Rehabilitación. Una de las primeras propuestas fue la creación de un grupo de apoyo víoacute;n de un grupo de apoyo vía Internet, el IASG (Internet Addiction Support Group; Goldberg, 1995). Este grupo permite que los adictos se apoyen entre sí, se conozcan y empiecen a reconocer su problema. Sin embargo, también ha sido criticado, ya que en cierta forma tener un grupo de apoyo en la red es como una reunión de Alcohólicos Anónimos en un bar (Grohol, 1997).
Se ha elaborado un programa de tratamiento para adicciones psicológicas que también es aplicable en el caso de Internet. Este programa consta de los siguientes elementos:
Control de los estímulos vinculados a la adicción: En una primera fase de la terapia se ha de evitar la conexión, pero tras un periodo de abstinencia total se ha de tratar de limitar el tiempo de conexión (al margen de las obligaciones laborales) a no más de 120 minutos/dia, atender el correo 1 vez al día y a una hora concreta, de conectarse en compañía, sin quitar horas al sueño y de eliminar los pensamientos referidos a la red cuando no se está conectado.
Exposición prolongada a los elementos suscitadores del ansia por la conducta adictiva: La evitación de los estímulos en la mayoría de los casos es insuficiente, pues esta no se puede mantener indefinidamente, ya que aumenta el riesgo de recaídas. La recuperación total se consigue cuando se expone a los indicios de riesgo de forma regular y progresiva y es capaz de resistirse a ellos sin escape.
Solución de problemas específicos: Deben controlarse varios aspectos relacionados con la abstinencia:
 Ø Control del ansia por implicarse de nuevo en la conducta
 Ø Control de la ansiedad
 Ø Control de la depresión
 Ø Control de los conflictos interpersonales

      Creación de un nuevo estilo de vida: Lo esencial es promover un equilibrio adecuado entre deberes y deseos.
Prevención de recaídas: La mantención de los logros terapéuticos es más sencillo cuando hay abstinencia total, pero si esto no es posible el objetivo será enseñar a la persona a usar Internet de forma controlada. Algunas de las estrategias que podrían usarse son:
 o   Identificación de situaciones de alto riesgo
 o   Respuestas de enfrentamiento a situaciones problema 
 o   Cambio de expectativas sobre las consecuencias de la implicación en la conducta adictiva
 o   Revisión del estilo de vida del paciente




Conclusión


Hemos analizado en este trabajo que las muchas de las investigaciones que se han realizado hasta el momento sobre la adicción a Internet. Gran cantidad de esos estudios revela como la adicción a internet y a las redes sociales afecta más a los adolescentes que los mismos adultos ya que estos son más vulnerables por la necesidad de compartir con nuevas amistades, sentirse popular, conocidos o simplemente adolescentes que son aislados de naturaleza de la sociedad.
La controversia sobre si el término adicción es apropiado es un problema que inquieta mucho a los investigadores, sin embargo es algo que a las personas que relatan consecuencias negativas relacionadas con Internet no preocupa tanto.
Parece ser que Internet no produce adicción, es solo lo que provee a conductas reforzantes (sexo, juegos, relaciones interpersonales, etc.) de la capacidad de producir dependencia. Hemos visto que la gente se hace adicta a multitud de cosas (juego, sexo, compras) algunas de ellas pueden aumentar su capacidad adictiva usando Internet como medio, sin embargo otras son posible solo en Internet (chat, búsqueda de información, WWW, etc.). Otra cuestión diferente es que se puedan separar ambas cosas, ya que en Internet el medio y el mensaje están muy unidos.
Internet se introduce poco a poco en nuestra vida, y las previsiones es que su presencia sea cada día mayor. Por lo que digo que las personas se vuelves adictas al internet dependiendo de cuanto consume, como dice el dicho, la vida no es un veneno, el veneno es según la dosis. Si comes mucho hace daño y si comes poco también, su fumas y bebes mucho también hace daño, todo depende de cantidad diarias de uso de les a lo que usas (Internet, comida, cigarros, bebidas alcoholicas).
Es por tanto necesario que nos anticipemos y aprendamos lo máximo posible sobre como Internet puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar psicológico, no solo desde el punto de vista de la adicción, sino también de los cambios personales y sociales que puede traernos la llegada del mundo virtual. 

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